¡Hola guapas! Ayer no hubo entrada...¡tuve un día movidito! Pero ya estoy aquí y debo confesar que he vuelto a mis #paleodelitos habituales...¡¡me cuesta horrores desayunar!! O no me acuerdo, o no me levanto, o etc. He decidido cocer unos cuantos huevos y dejarlos en un bote de cristal para por las mañanas (que así hay poco que hacer y ya llevo proteína en el body) que además cuando mañana empiece en el Jardín de Infancia, tiempo -20.
Para la cena paleoromántica de ayer, me estrujé un poco el coco y encontré una solución bien pintona. Preparé para hacer carne a la piedra (¡que rico!) y unos tomatitos al horno (tan simple como mezclar las rodajas con orégano, tomillo, albahaca, romero, un diente de ajo aceite y sal y ¡al horno!), unas paleopatatas jamón jamón, pan (¡para mí no eh!!!) y vino transparente más conocido como agua por los somelier inexpertos.
Todo bien puesto y todo bien bonito, no queda nada lejos de una cena romántica no paleo :) Además, a mi novio le encantó y estaba todo buenísimo, y aderezado con cariño y unas risas ¡qué más se puede pedir!
Los momentos duros del día: hornear pan y preparar un bocata, ir al centro comercial y que huela a palomitas entre otros. Ir a casa de la suegra y que te cuente todas las cosas maravillosas que puede hacer con su nuevo robot de cocina (¡que menudo inventazo por cierto!).
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